Los países en desarrollo, partiendo de economías tradicionales, son los que en su conjunto y en términos relativos han resentido con mayor fuerza los efectos de la globalización. La liberación comercial ha propiciado que en la actualidad las naciones en desarrollo representen una tercera parte del comercio mundial frente a una quinta parte en el decenio de los setenta.
El esquema tradicional del comercio mundial en el que las naciones en desarrollo producen básicamente materias primas, las exportan a las economías avanzadas, éstas las ttransforman y las devuelven a las mismas en forma de bienes manufactorados está modificándose rápidamente; en algunos aspectos se ha invertido el ciclo, son las fábricas de China, Taiwán o la India, con condiciones laborales inaceptables, las que añaden valor a productos diseñados y distribuidos en Occidente.En el mundo en desarrollo la liberación e integración de las naciones se ha llevado a cabo bajo diferentes circunstancias. En las economías del Este y Sudeste de Asia fué precedida de medidad gubernamentales para favorecer la apertura de mercados a la inversión extranjera y a la vez para reducir gradualmente la ayuda de los gobiernos a las empresas. En las naciones de África la liberación ha sido un proceso titubeante y al igual que en las de Latinoamérica se ha dado en un entorno de inestabilidad en el avance económico. En este contexto, como parte inherente de su reforma estructural, México ha tenido una activa inserción en la economía global. Su participación en la misma se dio de manera informal, y quizá desapercibida, desde los años sesenta, con la creación del programa oficial de la industria maquiladora de exportación a través del cual se formó la primera zona de libre comercio entre Estados Unidos y el área fronteriza norte de México.
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